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Mostrando las entradas de septiembre, 2021

Letras que ya no laten

Involuntaria la palabra que nace del respiro   de un arma que traspasa; cálidos vientos y suspiros. El arma está cargada ya; de balas que no tiemblan y que resuenan cual colmena. Ya no hay llantos ni penas; solo balas que cabalgan entre nubes cual poema. En su velocidad incolora, se cargan y disparan, en un tumulto que depara lágrimas y gritos en mamparas. Van entrando las palabras. Se incrustan en pechos escuálidos. En lamentos que ya nadie narra, entre susurros descorazonados, sangrientos y desalmados.   La palabra se desgarra con mis suspiros más amados.   ¡Hay palabra! Eres fría, y un tanto indecorosa. Ya solo nos esperan: Regocijantes ríos de ataúdes sin desvaríos. Donde yazcan, palabras que ya no nazcan. Y que ya solo alcanzan; en palabras que se enfrascan, más en versos que solo tratan de escribir susurros que ya no faltan. Ya son solo, rincones prófugos de corazones sin verdugos; pero que cabalgan y en baten,

Soy un mar que se escapa

Soy un mar que se escapa entre mis manos secas. El frío ya no me atormenta. Brota la sangre sin melodrama. Suspiro entre la niebla oscura, encuentro cálido el abandono. Las lágrimas curan mi tristeza. Ahora los gritos son mis melodías. Paso tras paso, arrastro las pesadas cadenas. Paso tras paso, lucho contra la idea suicida. Paso tras paso, me conmueve la frágil arena; que me hunde, que me aqueja. Paso tras paso, el viento va disolviendo mi alma. Paso tras paso, me atasco en la tormenta llana. Paso tras paso, tropiezo entre miradas falsas. Soy el eterno impaciente. Soy la incomodidad convaleciente. Soy un río, no, mejor una cascada seca. Al diablo todo; soy un mar que se escapa entre mis manos secas.   JNR

No me dejes sonrisa

Los sentidos pierden su eficacia en su constante uso descontrolado: Lloro, me enojo, sonrío… 2021, ¿hacia dónde me dirijo? Me enfermo, sano, sonrío… El futuro resuena, conspira en lamentos que no entiendo. Caigo, me levanto, sonrío… La rutina acecha cada mañana. ¿Nuevo día o un día menos? Trabajo, me despiden, sonrío… La comida, eterno refugio de dicha y sonrisas. Como, trago, sonrío… Todo se ha vuelto rápido: Selecciono, pago, sonrío… Dinero: felicidad ilusoria; Pero sin ti, qué sentido tiene. Tengo, gasto, sonrío… El pesimismo me agobia. Mi sonrisa yace quieta; un tanto enferma, un tanto falsa. ¿Inspiración? Solo las letras pueden con ello. Ah…, dulce escritura: Mi eterno tormento. Un día fluyes en dicha, y otros días en lamentos. Leo, escribo, sonrío… No me dejes, sonrisa; soy tu verdugo, aunque sé que te irás. Pensar en tu partida me llena de felicidad. Vivo, muero, ya no sonrío.   JNR

Mi tierra muere

Soy la tierra vuelta sombra, tambaleándose entre la maleza. Rota y temblorosa. Crujen mis raíces de orgullo y un tanto airosas. Soy el crepúsculo que arde en llamas en la calmada tarde. Soy el monstruo que ruje bajo la cama cutre. Brillan mis ramas ante una luna llena. Me sientes, me hueles… Escuchas mis tormentos callados. Sobré el apacible lago rezagado. Ya mis mareas no alcanzan. Y mis olas no te abrazan. Soy un dormido susurro que se estremece contra el viento. Viento que no te toca. Viento que ni siquiera te descoloca. ¡Qué muda se ha vuelto la cascada! En ese arrebato de silencio que grita extrañándote. ¡Qué tristeza dar flores! Y que las arranques cruelmente. Qué desdicha propiciar oxigeno Y que acabes con mis bellos y extensos bosques. Ya no puedo más… Mi tierra muere, muere mi tierra… Pero no cantes victoria. Me voy, pero te vas conmigo, así, disimuladamente; callados, sin indagatorias, sin testigos y sin gl

Incoherencia textual

Comenzar después de haber terminado. Terminar antes de haber comenzado. Comenzar para terminar. Terminar para comenzar. El hilo conductor de la concentración humana está lleno de tenciones vibratorias. Los colores brotan, pestañeas, respiras, inhalas, exhalas. Lees, avanzas, sigues leyendo, espera, no estoy entendiendo, me regreso. Parece ser un texto de metáforas, ¿lo es? Si leo la palabra ROJO, pienso en el color rojo, pero, ¿sólo pienso en color rojo? ¿No pienso en ningún objeto de color rojo? Qué tal una bufanda roja, una paleta roja, ¿una pelota? ¿Cómo funciona el cerebro? Se han esfumado los objetos de mi cabeza. ¿Por qué? Si estaban ahí justo hace unos segundos. Cuando leo, ¿leo para estimular mi cerebro? ¿O solo leo para “entretenerme”? ¿Qué son los cuentos? ¿Qué son las historias escritas? ¿Debería estar leyendo un texto más practico que me ayude a mis metas académicas o para desarrollarme mejor en mi campo de trabajo? ¿Sería conveniente leer solo libros o textos que m

Mi vida se marcha

Siento que hago y hago, que trabajo y trabajo; pero no detengo al tiempo. Tiempo que me da dinero, pero me quita tiempo. Mi vida se marcha y las arrugas se arrastran. Incrustándose en mi rostro y expandiéndose en mi cuerpo. Hacer, trabajar y ser. Vivir sin trascender, consumir, consumir y perecer. Tiempo en qué momento dejamos de ser amigos. Los días lucen iguales. El lunes siempre es lunes, pero con cada lunes mi juventud va pereciendo. Y los días van luciendo iguales.     JNR

Sonrisas sangrientas

Su mirada traspasaba, intensa. Mi armadura callada y propensa. Creada para la fuerte ventisca de su sincera y delicada indiferencia callada.   Piedras sobre el río quedan quietas. No se arrastran ante el disimulo de mis besos, que son un tanto fríos, y un tanto quietos. Rezagados en un rincón del alma donde nunca comprenderás cuántas ganas me quedarán por suplicar el deseo de tu arribo. Callas, no estás, o pretendes que entienda que ya de verdad no quieres estar. ¿Qué hago con toda esta vida? Llena de ganas de amar. ¿Quién depositó en mí el amor? Si yo no lo sé usar. Qué ganas de sentir que ya no siento nada más al fin. Caminar descalzo en soledad, pisando  fuerte las ramas sin piedad en múltiples ausencias a mi edad. Hay soledad,  qué bien me haces, pero al mismo tiempo; qué mal me haces. Ya solo se suman pequeñas tristezas en la monotonía de delicadezas. Ligeros lamentos que me vuelven frágil frente al viento ágil 

El desgaste de mis latidos

El desgaste de mis latidos se negó a insertar tu dulzura en esos sentimientos, donde antes las venas latían, se retorcieron y cantaron derecha e izquierda el susurro de tu nombre, Aquél; que ya no recuerdo, Aquél; que ya no pronuncio. me estoy desgastando en la implacable ausencia donde no hay luces y los colores son grises. Mi traje estornuda la sombra de tu piel desnuda. Escupe las lágrimas te secas que se hicieron en las estrechas esclusas de algodón fino y gastado. soy un testigo de mi propio movimiento, que; que yace insatisfecho, algo deshecho por tus falsas promesas Cantando en lágrimas y el grito canta ahogando la garganta ya está seco por falta de canto. No más nombres a mi triste y tonto corazón no me llames mas por ese nombre te llamo palpitar y emocionarse de felicidad noche y día. No vengas más cariño, porque tu ausencia poco a poco es aplastante los necesitados sin sentido, y así provoca:

Maldita batalla

  Leo en los embates mientras las lágrimas caen como misiles en las páginas de los libros. Leo en el camión frente a ritmos sonoros al ritmo de las más escandalosas cumbias. Leo en el metro suburbano de pie, mientras con una mano me aferro a un tubo y con la otra sujeto mi libro como escudo fiel: el equilibrio se vuelve vital. Leo en casa ante las clemencias auditivas de mis vecinos escandalosos. Leo con, y sin paz mental. Leo con el celular sonando, vibrando. Leo mientras la enfermera me inyecta la vacuna. Leo en las lluvias, mientras salto charcos elevándome con mi paraguas en una mano y con mi libro en la otra. Leo mientras como un hotdog .  Leo mientras escucho las películas. Leo ante los sonidos repetitivos de mi familia haciendo labores del hogar. Leo en escándalos, en riñas, en los más sepulcrales silencios que proporciona la madrugada. Leo con café. Leo caminando. Leo acostado, y leo con los ojos entre cerrados. Leo frente al televisor mientras transcurre algún partido de futbo

La indiferencia ajena

  Me siento ajeno a volverme empático a la mirada perdida que no me encuentra. En un canto desvalido promulgo gritos mientras voy callando silencios en voz alta. Las espinas en mi almohada se vuelven cada vez más punzantes…, me he acostumbrando a despertar en múltiples charcos de sangre estancada. Mi espíritu se quebranta entre danzas que esquivan levemente las dagas que caen del cielo cuarteado. El perfume de su cuerpo aun me asfixia el cuello con cada goce de su ausencia. Promulgo rezos que retumban en la pared carcomida por la humedad de mis lágrimas rojizas. El tesoro debajo de la alfombra apestosa se ha desvanecido en cada pisada ajena de cada amante que visita mi morada. Mi sonrisa se ha vuelto extraña, ajena, un tanto falsa. Pero la necesito para ganarme el pan que ya no me llena. Los libros ya no caben en este cuarto que emula a la más pretenciosa librería de viejo con su olor a vainilla. Las cobijas ya no cumplen su función de abrigarme en mis noches de delirio solitario. La l

Mi novia me dijo

Hoy amanecí destinado a no comer El café ya no promueve mi emoción Mi ropa desata olores de alejamiento En el trabajo soy imperceptible Mi opinión desata hartazgo Los besos ya no se sienten La cerveza se ha vuelto amarga La podredumbre emana mi aislamiento Mi pareja ya no sonríe La vida se torna repetitiva El desencanto se ha acuñado en mí Los rayos del sol, ¡qué molestia! Mis mascotas me gruñen Las deudas se acumulan La casa se está cayendo Las ratas me ven con ojos brillantes Mi cama ya no me deja dormir El insomnio permea constantemente Suena mi celular Cuelgo Se desata mi intriga Mi novia me dijo: Que yo ya estaba muerto   JNR

Caen palabras

Palabra a palabra quiero ir desintegrándome. Como si fuera una gota surcando en picada con cada grieta en el camino de tu lisa y fina piel. Quiero esparcirme en cenizas con cada letra; en un horizonte donde siempre permanezca, la presencia de mis versos calcinados por la brisa grotesca. Quiero hundirme en un pozo donde mi más repugnante poesía ahogue a mi más absurda fantasía. Aquella, la de querer volar con grandes alas hechas con las más vistosas flechas apuntando al desconcertante vacío de cada botella rota durante el ejercicio de escribir en el eterno retorno sombrío de palabras que nadie toca. Caen palabras como gotas. Caen palabras sucias, quebradas. Caen palabras como flechas. Caen palabras a destiempo. Sin horas ni fechas. Caen las palabras llanas en el séquito de tu párvula desnudez blancuzca. Caen palabras, véanlas, léanlas… Ya que llegará el día donde ya no caigan más, las tristes palabras caídas.  

Corazón latente

La tinta no alcanza más Los rayones acaparan Los pedazos rotos De un corazón enfermo que bombea ya Por arte de magia Ya que no hay motivos Motivos para escribir Motivos para latir Motivos para vivir La vida se ha convertido En un vaivén repetitivo Para luchar y sobrevivir Por más que junte Los pedazos rotos Hay unos que se van Perdiendo, en definitiva Y todo se va quedando Oscuro y sin medidas Y es que yo mismo Me provoco los golpes Golpes irreparables Ya no hay vuelta atrás Se escapa el aire De cada parte rota Esto ya no es un combate Es una total masacre Pero aun Pero aun resiste Este corazón roto y triste Débil, destartalado, sucio Pero que aún late débilmente Pero con cada latido Y con cada respiro Siento que me voy agotando De nada servirá Cuando llegue de nuevo Un amor tierno y profundo Ya que no habrá con qué Con que amar Con que respirar Con que apapachar Solo quedará La huella y marca De qu