La incapacidad de disolvencia de lo no-ente ante la similitud de su trascendencia vital permanente
Se
sobre presenta el asiduo exceso de voluntades sobre la permanencia en que puede
subsistir la prevalencia de hallarnos frente la disponibilidad que tiene la Nada
de vislumbrarse ante un Ser arrojado de ella misma. Como una Nada sobreactuando
sobre su ineptitud de vacío de materia y de no-materia ante lo no ideal de sobre
existir sobre su propio plano existente y de lo no-existente. Sobresaldría una exhalación
intuida ante lo no-retornable del Ente y el Ser frente a la incertidumbre de
posibilidad congénita. En simples palabras: Imaginar a la Nada pensarse a sí
misma y ante la nula posibilidad de ello, crearse la disposición para ello,
creando así, al Ser de lo ente y lo no-ente para que pueda trascender la
peripecia existente de una Nada pensándose así misma. Pero, ¿qué aspectos de
neutralidad pudo fallar en un no pensar su capacidad de ser en el Ser desde su
mera Nada en un espacio sin tiempo? Bastantes y engañosas, diría yo. Primero, percatarse
de la incapacidad de disolvencia de lo no-ente ante la similitud de su trascendencia
vital permanente. ¿Qué quiero decir con esto? Podría existir una predisposición
de nula capacidad de la psique o alma, en negar su voluntad creándose así una
multiplicidad de falsas voluntades para sobre mal alimentar su primera esencia
de voluntad dada. Creando de dicha circunstancia, una ilusoria trascendencia primordial
que se enquista en nuestro propósito vital de hallarnos insolentes ante lo
superficial, negando así, el campo de posibilidad de lo no-superficial de la
materia y del todo. Creamos falsos eternos retornos, una cantidad infinita de
caminos sin sentido para negar nuestra posibilidad de un Ser como entes vislumbrados
de una luz cegadora que niega nuestra razón de analizar la existencia en su
totalidad para así trascender realmente. Nos quedamos con lo burdo ante
nuestros límites. Un Ser atrapado en el ente que se disuelve ante la
multiplicidad de sus capacidades: los sentidos. Sentir con la negación de los
sentidos, trasmutar hasta el sobre agotar la capacidad de pensamiento y de
nuestras capacidades. Volviéndonos así, simple materia que se piensa más allá de
sus limitaciones. ¿Un Ser arrogado? No: un Ser que se cree arrogado. ¿Propongo
una negación de creernos que creemos? Es una posible y primeriza substancia
ante hallarnos algún día como una no-materia de lo no-ente. ¿Cómo podríamos ver
lo que negamos no ver? (Expongo aquí a la palabra “ver” como sentir) Tendríamos
que cambiar la disposición de definiciones concebidas y renovarnos sin un
lenguaje en la psique. Pensarnos sin palabras ni sobre las mismas imágenes de
captación. Estaríamos muertos, pero, cómo actuar en ese no pensar y no sabernos
muertos como materia. Intuyo, y es mera intuición, no tengo una certeza y caigo
en certezas al hallarme en una nula certeza, pero, es que así es el nudo de
posibilidades sin sentido. Meditar o practicar sin el lenguaje ni lo que se nos
da a los sentidos. Darle una no-dirección a nuestras direcciones dadas. Este
texto es una mera introducción de presentación a una categoría de lo ya dado
como la razón de un no-razonar. Un negar para dejar de negar las posibilidades
de trascendencia. Anhelo poder llegar a un resultado más amplio en futuros análisis
de ideas sobre nuestro qué hacer en la existencia.
JNR