Latinoamérica suena
Suena
la hoja seca
en
la cotidiana y lúcida
Latinoamérica.
Amarilla
y de azul celeste,
surca
al vuelo con sus alas
cual
mariposa parda en ajetreo.
Crujen
las distancias
en
un río de aguas diáfanas.
Los te
quiero son de color verde
y
nuestros bailes de color naranja.
Rojos
son los labios tersos
los corrompidos
en diversos cantos,
más
la cacofonía “catastrófica”, esa
la
que empalma nuestros arranques,
nuestros
altares, nuestros rituales,
nuestras
ofrendas, nuestras creencias,
la
cotidianidad proveniente de las calles.
¡Esa,
esa, en la colorida Latinoamérica!
Una
tierra donde brillan los sonidos
y
los colores suenan a tambores.
¡La
tragedia es nuestra poesía!
¡Oh,
melancólica guitarra vieja!
¡Somos
cigarros y fruta fresca!
¡Somos
muerte y fiesta!
¡Somos
la robusta faena!
¡Somos
alebrijes, somos Latinoamérica!
¡Somos
un monstruo atiborrado de colores!
Y lo
que pareciera milagroso,
resulta
ser solo una hoja seca,
danzante y cotidiana y nítida y que suena.