Señora "feminista"

Formal o indirectamente, me han llamado un poeta con exceso de disturbios, complejos mentales, narcisismo, prepotente, ególatra, persistente, lleno de verborrea superficial y mal escrita. La señora “feminista” en su torre de marfil se llena la boca de espuma cuando se entera de que he participado en alguna convocatoria insulsa e indiferente con nuevos escritores que fueron seleccionados para una antología de cuentos neonatos. Sus cuarenta años de escritora le avalan la espuma, hacia los nuevos modos de publicar un cuento personal y de manera independiente. Claro, en sus tiempos todo era diferente, incluso para su cuerpo y gesto desgastado lleno de ojeras infladas. Lo de hoy es llorar frente a la cámara rogando el por qué deben comprar su nueva novela o antología de cuentos en Amazon. Lamento no ser un influencer en Youtube para que alguna editorial pingüinesca me haga firmar mi futura explotación como vendedora de catálogos de Avón. ¿En qué momento se llevó la escritura a mantos terrosos de meritocracia de importancia digital? Ahora el escritor de “éxito”, será el que más subscriptores y views genere. Ya saben, por que el “talento” es a lo que más le importa a los que aman el dinero fácil. Se disfrazan de feministas en su defensa; las señoras blancas privilegiadas en sus “importantes” cargos de poder. “Es tiempo de mujeres…” Mas bien, es tiempo de menopausia blanca con dolor de ciática. El ego rencoroso y los ternurines, hacen muchísimo daño. Pero no se preocupen, este texto no llegará a los ojos con anteojeras (como con los caballos y burros) de aquellos asientos con cojines donde secretan sus gases de olor fresita, rodeadas de veladoras carísimas junto a libreros llenos de Sylvia Plath en inglés. Están muy ocupadas viendo sus series como de Gilmore girls o series con temáticas de monarquías. ¡Cuánto daño ha echo y seguirá haciendo la perspectiva de género en la literatura! Sí, las mujeres blancas han sido silenciadas en sus casas y en sus habitaciones propias por varios siglos atrás, pero no deberían actuar igual que el patriarcado en el presente y a futuro, el resentimiento genera mucha espuma en la boca y múltiples malestares físicos… En fin, no me queda otra que desde mi “masculinidad frágil”, aprecie como ellas mismas se otorgan sus distintivos premios y libros cada semana en el porvenir de la industria literaria capitalista, sí, “es tiempo de mujeres…” ¡Claro! (sonido de caja registradora insertando dinero en los bolsillos de hombres empresarios blancos y gordos). 

J. N. R.

Entradas más populares de este blog

Poeta incierto

Mi llorar silencioso

Ángel caído

Silencio desaparecido

Incompetente

No me alcanza la vida

Una voz que se ilumina

Ira absoluta

Hay libros

Soy autista