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Huellas

Imágenes sesgadas de tus manos y piernas. En olas de mar deseadas, junto con la arena, que va borrando con cada marejada, tus hermosas y deleitantes, finas huellas marcadas.   Espuma espumosa que nuestro cariño desemboca, en bocas que se besan con torpeza y delicadeza.   El paisaje nos regala un sol que nos apuñala en nuestras espaldas desnudas que se van manchando de caricias y de dudas.   Las olas van marcando las horas en un vaivén insistente, de ritmos sin demoras, en beso tras beso, en un ánimo complaciente vamos ardiendo con cada verso.   La brisa del mar nos va despeinando y nos va dando aliento en cada choque de nuestros cuerpo al viento.   La arena ya no cabe en nuestra desnudez. El sol se ha ido y ahora la luna nos acaricia en su cumplido.   Y el mar se sonroja ante nuestro amor que es náufrago y al mismo tiempo, un eterno oleaje que nunca para pero que acapara, nuestras huellas en la

Desdichados

Así como se nace con la muerte colgada, en el pecho y en los hombros, es igual mi amor con cada pasada nuestro amor de ruinas y de escombros.   Desdichados se han vuelto mis besos, más fríos son tus besos que emanan de tu boca que ya no me llama.   Entre orgullo y orgullo nos vamos amando. Entre lágrima y lágrima nos vamos desvaneciendo.   Ven cariño, abrázame, así, sin amarme, ya se me hizo acostumbre, el no sentir nada al besarte.   Huecas son tus caricias, en la costumbre de tu mirada seca. Mirada, que no me mira, que no me piensa.   Hay otros, lo sé. Pero no me importa. Mi dignidad yace rota, yace en un lugar donde no me alcanza tu muy besada boca.   Pocos son nuestros besos, en una manada de suspiros. Suspiros, que van callando: un amor sin rezos, que gritan cavando, un orgullo sin prejuicios y prejuicios sin orgullos.   La única batalla que puedo ganar, es que me pienses cuando besas

Siempre

Un mar que se aquieta tras la ausencia de tu mirada. Las horas yacen en pausa. Se va borrando el amor que me jurabas. Voy contando los segundos, voy anhelando los minutos en soledad y con causa.   A mí nadie me busca. Siempre termino buscando. Siempre soy el que espera, siempre soy el que anhela. Siempre soy el que desea un buen día, buena tarde, y buena noche. Y a mí… ¿Quién me desea?   Con pareja o sin pareja estoy destinado a la soledad, soledad ausente, soledad presente.   Cuánto drama y nostalgia se encuentran en mi calma, calma que arde en ganas de tenerte y de no tener a nadie.   Al presente siempre le ha urgido abandonarme. Y en cambio, a los recuerdos, siempre terminan por amarme.   Ya no sé qué esperar, ni qué he esperado Solo sé…, que me he convertido en un maldito experto en esperar lo inesperado.   JNR

Sueños

Divina poesía mía. Me encuentras en horas dispersas y en tu presencia seductora, me quemas y no me sueltas.   Se incrustan las palabras con cada beso de tus labios secos, no hay ternura simplemente es invasión sin premura, que no llamo, que no invoco, que no veía en la llanura. Cuando menos pienso en ti. Es cuando más te gusta venir. Me agarras disperso en la noche. Me tocas, jugueteas conmigo, me acaricias, me violas sin sentir.   Sin mi aprobación. Metes tus labios en mi pluma ingenua. Una pluma que no busca amor, pero que ruega por el juego, ese juego de la seducción, tanto oral como escrita.   Es triste tu visita incomprensible poesía, ya que tú no me amas, solo vienes a cumplir tu capricho artístico. Y en esa penetración textual. Yo te beso, te beso con una dulce desesperación. Ya que no sé cuando volverás. Y en ese instante, procuro no amarte y no soltarte en tu sangrienta sanación.   Pero tu partid

Verborrea invisible

Divino canto mudo. Invocas mi vocación callada. Se va disolviendo la palabra en velorios donde nadie habla. Corazón sintiente ante bellas imágenes nubladas.   Grito en silencio y callo a gritos.   Ya solo escucho aplausos mudos, más felicitaciones sordas.   El mundo se ha vuelto un jardín de pétalos grises que ya no gritan. Sino más bien, invitan a la interpretación de colores inciertos y de raíces funestas.   Qué caso tiene seguir en esta vida absurda, si voy a callar mis juicios frente a incompetencias burdas.   Me ahogo en silencios y respiro en hipocresías: Hola… ¿cómo estás? Inmunda rata absurda.   En cuánta conquista estéril se van convirtiendo los elogios. Me limito a sonreír y a mutilar mi amargura. Una amargura que me procura. Me mantiene consciente cuando alguien quiere adorar lo que yo más quiero que son mis palabras dolientes.   Hoy no quiero reflectores y si algún día los tuviese. A

Un nuevo amor

Cuántas ansias persisten en miradas viles que anhelan un sinfín de suspiros que arrastran sueños hacia la incertidumbre de no saber amar.   Un mar de amor sin agua, evaporizada por la indiferencia de pesadillas que persiguen un corazón quebrado, casi roto, muy destartalado. Bombea a escondidas de miradas crueles que nunca amaron, pero que insistieron en desvanecer un amor no amado.   Han caído las pocas grietas incrustándose   en la llagas de cada mano que sostuve en versos y en poemas. Poemas ahora hechos polvo. Polvo que baila con el viento de cada susurro, en cada palpitar en el extenso caminar de un carente corazón sin mar.   Pero ha quedado un hueco que lucharon porque persistiera.   Pero, aún esperanzas. Con cada viento, cada suspiro, con cada susurro, y cada vez que respiro.   En ese inhalar y exhalar brotan las semillas de un corazón nuevo que destella un ritmo casi acústico pero entero.

Soledad deseada

  He comenzado a saber no saber desear nada. Siento a mis sentidos como simples pulsos que se encienden y se apagan de manera tenue. Me mantengo en un vuelo de alas hechas de cartón. Voy caminando con mis sueños calcinados mientras la mayoría de las personas se aceleran de modo veloz envueltas en el fuego de sus pasiones que se mantienen vivas y candentes a mí alrededor. Mis ganas de competir se han vuelto piedras que he decidido ya no arrastrar debido a su denso peso. Tengo la sensación de ir caminando en un valle donde no sucede nada, como si fuera un limbo de monotonías. Mis días son demasiado repetitivos. Circundo en los mismos escenarios observando a las mismas personas representando sus mismos personajes con los mismos diálogos mundanos de siempre. Mi mayor triunfo ha sido no triunfar. Todo el mundo tiene prisa, prisa de triunfar, prisa de hacer, prisa de tener, prisa por dejar de ser y prisa por llegar a ser. Siento que los hijos de mis conocidos algún día serán mis jefes; explo

Sentencia fija

La sentencia del destino va soplando sin desquicio símbolos fijos que no se ven pero que van acechando.   Se va tejiendo un desierto de plantas secas pero coloridas en un desordenado orden de entradas y salidas.   Zumbidos danzan en el laberinto de mi desgracia. Serpientes que envenenan pero que estabilizan.   Se va rompiendo el orden cósmico y junto con él se va destejiendo mi destino. Destino incierto pero ya dicho.   En el entierro esta el comienzo y en el fin yace mi desentierro.   Al morir no hay un alma sino un cúmulo de almas reuniéndose, danzando entorno al fuego. Fuego que quema. Fuego que ordena.   Huesos vueltos polvo, polvo vuelto viento, viento que respiras. Y en ese viento no respiras vida si no vas inhalando y exhalando mi muerte fija.   JNR

Susurros

  Cúmulo de letras que se juntan y desaparecen. Y es que yo elijo cuáles salen y cuáles prevalecen. Decido yo las letras que se leen y también soy yo el que decide qué letras acaecen. He borrado y corregido letras que yo había elegido, errores no vistos en su momento de escritura, y que, al final, ven la luz en pupilas ajenas. Cambio letras feas por letras bonitas, y en ocasiones si son muy bonitas, las vuelvo feas. Repito letras sin darme cuenta, pero no me importa. Yo tengo necesidad de escribir letras resulten desagradables o fascinantes. Quiero comunicar con las letras que tengo y las que me han elegido y yo he adquirido al paso del tiempo. Si mis lectores me leyeran para aprender o conocer nuevas letras que juntas hacen palabras. Les diría que yo no soy el escritor adecuado para ello. Mejor sería que consultasen un diccionario para la nueva adquisición de palabras elegantes. Allí hay palabras muy finas, muy bonitas, muy extrañas, muy exaltantes. Y es que a veces siento que hay pal

Globo de letras

  La escritura es como un globo. Y la o él que elige perseguir la adquisición del oficio de la escritura, es la persona que infla ese globo. Cuando se toma aire para inflar el globo, ese acto de tomar aire para inflar el globo, ese acto de tomar aire, vendría siendo la inspiración; se toma aire, mucho aire antes de empezar a inflar el globo. Y el acto mismo de soltar el aire para empezar a inflar el globo: ese acto, es la escritura misma. Vamos inflando, vamos plasmando la escritura. Si solo se quiere inflar poquito, está bien, si solo se quiere inflar medianamente, de igual modo está bien, si se quiere reventar el globo inflándolo a su máxima capacidad hasta que explote, es formidablemente aceptable. Se toma otro globo, se vuelve a tomar aire de manera profunda y, comenzamos de nuevo. Cuando se toma aire, se toma desde los pulmones, que se convierten en nuestras memorias, nuestra inspiración para crear, pero el acto de inflar no es al instante, muchas veces para inflar el globo para q

Tierna virginidad arrebatada

Sangrientos son tus dedos que me rozan la espalda, agrietada y rasguñada en un crujido vespertino.   Se incrustan tus garras en la armonía de mis besos. Llevas mis manos a tu cuello invitándome a tu asfixia, pero mis dedos tiernos solo saben acariciarte.   Tu agresividad sexual no empalma con mi timidez. Intentas ahogarme una vez más con tus enormes y pálidos pechos. Quieres que los muerda, que los rasguñe, que los hunda en mi rostro, pero te decepcionas. Ya que yo solo sé lamerlos de manera tierna, y olerlos de manera ciega.   En nuestra intimidad me vuelvo infante. Comparado con tu salvajadas. Me vuelvo presa ingenua ante la fiereza hambrienta en que te envuelve cada acto de tus exagerados glúteos, que vibran fuertemente en el choque de nuestro sexo sucio.   A pesar de mi ternura sexual. Nuestro coito inculto de armonía. Logras venirte encima de la cobija. Brota un inmenso charco de tu venida en mi cama f