Pulso debilitado
Un gran pulso debilitado en el horizonte incierto. Praderas calcinas y olvidadas. La cabaña vieja cruje junto con mi pecho que se embriaga. Resguardado mi corazón yace en un íntimo luto. Desprovisto de suspiros que la madera vieja propaga. Hay razón de ser en el desvarío de tu ausencia. Sorbo a sorbo el fuego me acompaña. Lo siniestro se extiende en la cercanía. Una extraña voz surca en la lejanía. Es tu presencia fantasma… Son tus lamentos renuentes… No puedo correr, no hay salida. Solo quedan las heridas. Solo queda la sed. Solo queda el hambre. Solo quedo yo, y junto conmigo: tu ausencia...