Guitarra mía
Hoy sueño un sueño que soñé y que quizá todo el mundo sueña soñar. Y es que a los recuerdos les fascina recordarme un recuerdo que suelo ya no recordar. Mis días se han vuelto lluvias. Qué sería del tiempo si no llovieran días. Soy testigo de cómo el futuro ya fue y el pasado será. Yo solía cantar con mis manos. Entonaba notas y acordes de manera que mis oídos me dieran permiso. Hay guitarra mía que ya solo murmuro tu recuerdo en sueños donde los días llueven un presente que se desafina a un tiempo que ama la velocidad de lo inmediato. Y es que tanto a ti como a mí, nos gusta recordarnos así: despacito y a susurros. Hoy tú y yo vagamos en las memorias olvidadizas, en ojos mudos y gargantas sordas, en escenarios invisibles donde han desaparecido nuestras huellas que se aferraron hasta el último momento en gotas de sudor ahora secas y marchitas. Qué bonita sensación aquella cuando te vestía de cuerdas nuevas que hacían relucir el brillo de nuestros cantos fugaces. Si el desti