Ya me cansé
Suspiro a lamentos una encarnación sin sentido. Lamento en suspiros mi felicidad diluida. Carne áspera. Carne pútrida. Voy callando infinidad de alegrías. Dejar de ser en soledad se ha convertido en mi mayor hábito percibido. Qué fastidio se ha vuelto ser sociable, ser amable, ser confiable. Quiero dar dos pasitos hacia atrás, sentirme invisible en su estúpida mundanidad narcisista. Cómo pueden, cómo pueden tener tantas fotos de ustedes. Es como tener la misma máscara: repetida, desgastada. Con tanto filtro es difícil reconocerles en persona. Extraño, extraño apreciar tonos de piel morena en las redes sociales. Ya todos lucen blancos y blancas. Si alguien ya tiene un tono blancuzco, lo exagera aun más, es como: Sí, soy blanca, pero puedo ser más blanca. Su falsa felicidad me deprime constantemente, mente, mente. Odio a los falsos eruditos criticando las terminaciones en mente. Creo que ha llegado la hora