Palabras vírgenes
Me rebasan las palabras en el encierro de mi mesura. Quisiera escribirte palabras sensatas, pulcras, y sólo salen las más verdosas. Si tan sólo pudiera tocar tu boca con palabras que no sean mías, nos besaríamos en versos, en comas, y en cada punto te esperaría. Qué sentido tiene embellecer el lenguaje, si sólo anhelo amarte en palabras íntimas. Te suspiro salvajemente, en palabras sueltas y lastimeras. Las palabras son mis rezos, son rezos que trastabillan en el pestañeo de tus oídos. Mis huellas quedarán eclesiásticamente fijas en el valle de los susurros. Eres ave, eres María. Rezo por un beso de tu boca mía. Tu silencio es mi afinación. Que Dios no nos vea posados en la montaña de la locura. ¡Dios mío déjame acariciar el busto de María! Sentir sus palmas y su seda en mi caricia. Soy hijo del pecado, y en mis pecados presiento que me salvaría. Ya no me siento mesura, sino bestia devuelta a su natura. Las palabras seguirán su curso en los cánticos de mi memoria aturdida. ...














