Más yo
Soy y no soy, me siento vacío siendo frente a los demás. Tengo un sabor del absurdo, me revuelve el pensamiento, me provoca un malestar de no pertenencia social. Me miro en el reflejo del café, lo que se refleja ya no me pertenece. ¿Será mi llamado al desapego de la apreciación de contrastes falsos y múltiples sentidos a la existencia? Eres tan cruel filosofía, gracias a ti me creas conflicto en las propias clases de filosofía. Quiero entenderte; al entenderte me alejas de ti misma. Es como si fuera absurdo emprender el rito de tu comprensión, lo que antes era asombro ahora es conflicto, caigo en el absurdo de creerme un intelectual superior de pacotilla frente al ignorante, cuando en realidad todos somos ignorantes de algo. Me veo frente al espejo, en él, me pruebo todas las máscaras que he inventado. La que más me produce nausea, es en la que uso camisas y lentes, y pongo mi mano en la barbilla asemejando que escabullo al mundo de la razón, cuando no hay razón para tener razón. Fin