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Ya no tardes

Me ataña nuestro vacío   tras las huellas de caricias en la intensa lejanía sobre manos orquestadas brotando de notas que agonizan.     Soy como el niño conmovido, alebrestado por el deseo de recorrer la juguetería entera. Y no es que cuando piense en ti, lo asimile como a un juego o a un objeto para el juego. Sino más bien, esa ilusión… de zacear mi afán más grande de querer estar contigo.   ¿Quiénes somos cuando no estamos juntos? ¿En quién me convierto en esas tantas despedidas mías?   Los floreros están vacíos, envueltos en polvo terroso. Cae la tarde y tu nombre se torna cada vez más borroso.   Soledad mía y extrañeza perdida. Ven cariño, ya no tardes. Ya que se me escapa la vida.   JNR

No hay de otra

  No hay de otra, más que aferrarse a las palabras. Tomarlas, firmemente; como si pretendieran escaparse. No hay de otra, más que amar a la literatura de manera rebelde y fielmente. No hay otra salida, más la de ser intenso en la escritura. No queda de otra, más que leer sin envolturas. Y me refiero   a devorar como un hambriento a la bendita lectura. Hacerla intrusa, y musa en cada rincón del pecho inhalándola y exhalándola de manera brusca. Sufrir y vivir en letras como quien se despide hablando. Deberíamos irnos así de este mundo hecho de intrigas, escribiendo y sin mentiras.   Escoger nuestras palabras predilectas. Y usarlas como balas selectas. Un tanto estratégicas y benditas. A la hora de ejecutarlas y revivirlas. ¿Qué sería de los poetas? Si no ardieran con sus palabras. El paraíso no esta predispuesto si eliges la escritura como fama. Escribe, borra, lee, vuelve a escribir. Que con cada frase y palabras sea un r

Ríndete

Ríndete corazón ante el velo de la angustia. Esos labios te aman, así que, ríndete sin demoras. Ríndete ante su belleza que es clara y sin demoras. Ríndete frente a sus caricias que son bastas e inocuas. Son amplios los suspiros que su piel provoca. Son largas las miradas que retumban mis sentidos. Ríndete alma mía y mantén a la duda en lejanía frente a la helada tiranía de un corazón roto en agonía. Y es que son profundos los temblores que de sus besos reclaman. Dulce y delicado rubor brota de sus mejillas incautas. Ríndete templanza mía. Ya que ante la penetración tardía el amor nos terminará rindiendo en una clara y peligrosa poesía. Ríndete con cortesía, más día a día, no olvides esta valentía, que ruge como máquina ante su presencia que respira. Ríndete para que seamos dos los eternos vencidos: enamorados y rendidos.   JNR

Mírenme

El niño llora pero el pájaro canta. Las lágrimas se riegan pero los árboles se ensanchan. La pobreza se acota y lo material ya no importa. Cuánta hipocresía se evita cuando uno no quiere nada. El dinero se quiere cuando lo que importa es el otro. Yo aguanto hambre y sed. Pero primero que el otro se atienda. El no querer achica al Yo. Pase usted, adelante… que la prisa ya no me es desafiante. Donde me miren, ya no importa. Mírenme desde arriba para abajo, pero mírenme. Mírenme desde su vida de lujos tan llena de altibajos. Yo no pretendo ser mejor siendo más feliz sin hartazgos. No soy mejor por no aspirar a tenerlo todo. Quiero actuar como todos pero mi pensar reluce un tanto distinto. No es que piense mejor que ustedes, ni que soy más por pensar demás o diferente. Solamente, soy, y dialogo desde distintos escenarios a través del tiempo y desde el corazón. No pretendo elogiar mis fracasos. No pretendo pretender m

Vivan, vivan, vivan

¡Qué desolada se ha vuelto   mi absurda felicidad! Ya que solo me satisface; el simple hecho de saber que les sigue abrumando mi llana existencia. En sus falsas sonrisas; cargan un odio disimulado del que nunca han contado y en efecto, es que nunca me han superado. Saber que sigo existiendo siempre les ha acongojado. Hay algo extraño en sus máscaras que han pintado; ese eterno final feliz que se empeñan en presumir pero que en realidad tienen fosas por debajo; y es que mi nombre   les carcome  y les ha de consumir. Pero suspiran hondo y suben nuevas fotografías, ilusionándose. Todos les aplauden, les aceptan (falsamente) con mediocres fanfarrias.   Pero al final yo me río. Ustedes, optaron por adoptar dulces apariencias que nunca dejaran de perseguir. Y es que a ustedes les urge mostrar un papel que les diga lo que pueden hacer y falsamente conseguir. Pero a por ello, campeones universitarios. Vivan, vivan, vivan

No me desalientes

No me desalientes porque es bien sabido: ¡que soy un desquebrajado! No me desalientes por favor, te lo imploro; ya que soy de esos…, de los que se desaniman con entusiasmo y con decoro. ¡Por favor! No me hables torpemente; que saldré huyendo. No titubees, ni balbucees, ya que me habré ido junto con el viento. No te acerques, si solo piensas en consecuencias. No te alejes, si especulas sostener mi mano. Ya no pienses y bésame la boca. Trátame bonito que lo mío es serio y no un simple jueguito. Y disculpa, si me leo muy insistente y, un tanto insolente. ¡Pero te lo ruego! No me desalientes.   JNR

Mi espalda sangra

¿En qué momento? Mi vida se convirtió en un descaro y en un ascenso de inseguridades funestas. ¡Qué escandalosos se han vuelto los murmullos! La indecisión se ha vuelto mi segunda lengua, a un mundo que ha dejado de tomarme enserio. Lloro, y la gente ríe. Río, y la gente llora. ¡Qué fácil se ha vuelto despedirse de mí ahora! Si pudiera verme la espalda, vería las múltiples dagas; clavadas de manera agria. ¡Quién diría! ¡Que la distancia sería una terrible arma! Ya solo voltean a verme para confirmar a mi ausente alma. ¡Hoy mi nombre se sigue escuchando, pero mi espalda sangra!   JNR

El becerro con sus lágrimas

El becerro con sus lágrimas me disfraza de gato pardo en el vaivén concebido de múltiples y gratas marañas que sustentan un carnaval de suspiros.   Se asemejan las ovejas como un viento torcido oscureciendo las penas que el pastor concede con cada pecado fugaz de ser irresistiblemente carne de sanguinarios, lobos hambrientos…   Las espinas de los nopales hoy llevan mi carne que sangra. La tierra se levanta ante los mil muertos del vendaval que enmudece con cada alma que retorna.   ¿Por qué gastarnos en caricias? Si nuestras cenizas no conocen de ventiscas…   JNR

Un respiro

Suspiro en la negación de permanecer dormido en un repetitivo aliento que me concede alivio.   Un respiro, dos… Pestañeo constante. La hormiguita continúa en su camino aventurado.   Sobran las palabras en la ventisca de anhelos. No somos los lamentos que agonizaban respiros. Somos más bien; inquietantes farsantes.   Le rezo a tu indiferencia y los cráneos; ya no pestañean. Ya no juegan en su intento de convertirme en carroña.   Soy la carne seca en la cocina vieja y olvidada. El polvo es mi único amante, en la brisa de cenizas lenta.   Se queman las tortillas, que nadie espera ni vigila. Suena el timbre… La cena está servida.   JNR

Nostalgia perdida

Es el nombre que no nombro y las alegrías que no canto. Son los murmullos que callo. Es la vida que no vivo a ratos.   Son senderos los pasos que curvan mi palpitar entre neblinas cautelosas.   Áspera la vida que ya no me alimenta y que ya no me da de tomar.   Fumo la nostalgia perdida en mi eterno deambular…   Caen gotas en mi frente pero son en realidad cenizas. Cenizas que voy guardando en mi ronco palpitar.   JNR

La incapacidad de disolvencia de lo no-ente ante la similitud de su trascendencia vital permanente

  Se sobre presenta el asiduo exceso de voluntades sobre la permanencia en que puede subsistir la prevalencia de hallarnos frente la disponibilidad que tiene la Nada de vislumbrarse ante un Ser arrojado de ella misma. Como una Nada sobreactuando sobre su ineptitud de vacío de materia y de no-materia ante lo no ideal de sobre existir sobre su propio plano existente y de lo no-existente. Sobresaldría una exhalación intuida ante lo no-retornable del Ente y el Ser frente a la incertidumbre de posibilidad congénita. En simples palabras: Imaginar a la Nada pensarse a sí misma y ante la nula posibilidad de ello, crearse la disposición para ello, creando así, al Ser de lo ente y lo no-ente para que pueda trascender la peripecia existente de una Nada pensándose así misma. Pero, ¿qué aspectos de neutralidad pudo fallar en un no pensar su capacidad de ser en el Ser desde su mera Nada en un espacio sin tiempo? Bastantes y engañosas, diría yo. Primero, percatarse de la incapacidad de disolvencia

Escribo

  Escribo como quien tiene sed de saciar a su propio cuerpo. Escribo triste y melancólico. Escribo con la sonrisa y el gusto. Escribo desde la incertidumbre de si mañana seguiré vivo. Escribo a sabiendas que moriré un día, y en un momento determinado. Escribo con sangre en la mano y desde la soledad. Escribo sin amigos y sin amores. Escribo enamorado y con pareja. Escribo en un idioma que no elegí. Escribo desde mi mente, ella ya tiene las letras disponibles a que yo elija cuáles usar y en qué orden ejecutar. Escribo desde mi mundo personal. ¿Escribo para mí o para los demás? ¿Por qué escribo si no es para que alguien más me lea? ¿Y si escribiera para mí? Realmente para mí, no esperando felicitación o crítica, dándome mis propios elogios y premios. ¿Por qué escribir resulta un asombro para ser premiado? Son letras, son palabras nada más, son intenciones, son emociones; nada más. Son cantos escritos, y letras que gritan cantando. Escribo desde el cansancio de saber que no sé cuándo pa

Arde mi pecho

Siento que arde mi pecho; pero nadie acude al incendio. Se van quemando las letras en su lectura desapercibida. Se van haciendo grandes los espacios antes ocupados. Vacíos de lamentos… Cadáveres bajo tierra. Ya son muchos los muertos. Pero aun yace esperanza de que los muertos me lean. Sin parpados, Sin piel y vueltos cenizas. Mis letras se van haciendo fantasmas. Escritas por un futuro cadáver enfermo de vida. Son breves los espasmos donde agonizan los sentidos. La vista se va convirtiendo en una luz oscura; un tanto llena de fuego, pero que me abraza en la llanura. Mis suspiros se han vuelto cobardes. La pluma pesa cada vez más. El teclado se esfuerza en entorpecer mis dedos. Voy perdiendo la calidad deseada que nunca he tenido. Se van acortando mis oraciones rotas junto con mis respiros. Siento que entre menos escribo; menos respiro. JNR

Nuestra casa tiembla

Encuentro tus latidos entre las grietas de mis paredes; palpitan de manera tenue al anochecer de la ventisca que se vuelve clara y prevalece.   Se sincronizan los murmullos y las ventanas se hinchan con el recorrido de tus lamentos.   Fueron tenues los susurros que nuestras lenguas tocaron frente a las llamas del fuego de nuestras pasiones silenciadas.   Crujen las tejas del techo y tiemblan los candelabros.   Rujen las venas del pecho y brotan los cartílagos.   Surgen las faenas del beso y se derrumban los espantos.   En nuestros cadáveres yacen las caricias más salvajes. ¿Y ahora…? ¿Quién nos recordará? Si estamos muertos y en nuestra casa tiembla.   JNR